lunes, 13 de febrero de 2012

Caminito de la escuela.



Cuando tienes un bebé generalmente uno está llena de ideas y conceptos sobre crianza, educación, alimentación, cuidados, etc, etc, etc., casi siempre de cosas que de aprendieron en la familia, cosas que se leyeron por ahi en libros, revistas, la red, etc, consejos bien intencionados de las personas allegadas y un sin fin de información recabada que nos hacen una idea al respecto. Pero sucede que cuando ya eres mamá y ves a tus hijos y te informas sobre otras maneras, resulta que aquello que creias ya no cabe dentro de tu propio sistema de madre y en realidad no sé si llamarlo "sistema", pues esta palabra tampoco entra bien en nuestra forma de vida.


Antes que naciera mi princesa creia en la educación "formal" en la que yo misma había estudiado y pensaba ingresarla hasta cumplidos los 4 años igual que yo, pero la realidad ahora es otra. Mi niña ha sido cuidada amorosamente por mi mamá, casi desde que nació durante el tiempo que yo trabajo en una oficina y aunque es un tiempo realmente breve (sólo 4 horas), también hay que sumarle los trayectos que en esta ciudad por demás complicada a veces se vuelven muy sufridos sobre todo para un niño y resulta que las 4 horas laborales de mamá se convierten en una jordana de casi 8 horas fuera de casa, de comer con la abuela y mucho tiempo perdido.


Mi hija desde que cumplió aproximadamente 2 años ha insistido e insistido en ir a la escuela y aunque mis explicaciones de "los bebés no van a la escuela, sólo los niños" lograron apaciguar esa inquietud al principio, después respondia "yo ya soy una niña y voy a la escuela", esa necesidad explicita de mi hija junto con todo esto de los tiempos fuera de casa, de darle a la abuela una responsabilidad tan grande y de ya reducirle su carga de trabajo, asi como esa sensación de por fin "hacerme cargo de mi familia" nos llevó a la desición de buscar una escuelita para mi princesa y que yo ajustara el tiempo de trabajo sólo a las horas que ella pasaría en el mismo.


Asi que me di a la tarea de buscar una escuela.


Para empezar en mi cabeza ya se había desterrado aquella horrible idea de la educación "formal", después de conocer y leer acerca del Metodo Montessori pensé que ese era el tipo de educación que queria para mi hija, una educación libre, con respeto, a su tiempo, a su ritmo, priorizando sus necesidades y no las de la escuela o el maestro.

Asi que busqué varias escuelas Montessori por mis rumbos y al buscar descubrí también el Método Constructivista el cual me pareció igual de maravilloso que el Montessori y que también se adecuaba perfectamente a nuestra niña y nuestra familia.


Visité cerca de 10 escuelas, 2 Montessori, 2 tradicionales, 2 que no sabían ni qué eran, 3 constructivistas y una pseudo constructivista.


Las escuelas tradicionales me parecieron tan rigidas, tan cuadradas, tan poco eficaces, dónde lo que menos importa son los niños. La entrada en estas escuelas era a las 7:45 am, me pareció tan terrible querer que un niño, casi bebé en edad preescolar tuviera que levantarse a las 6:00 am para ir al colegio, con jornadas de 7:45 am a 2:00 pm, bilingües al 100%, con miles de actividades, y una maestra que de entrada me dijo: "aqui ya no son bebés, asi que no hay biberones, ni siestas, ni berrinches, aqui ya son niños que vienen a aprender", los salones eran de 25 niños con ¡¡¡una sóla maestra!!! ¿cómo cuidan a tantos niños en esa edad?, la verdad a mi me parece ilógico y hasta cruel, asi que sólo confirmaron algo que yo ya sabía, ésto no es para mi hija, no es para nosotros.


Cuando leí acerca de las escuelas Montessori me parecian como un sueño hecho realidad, pero cuando llegué a las escuelas me parecío todo tan gris, tan apagado. Sí es mucho como estar en casa, pero mi niña tiene un carácter tan jovial, tan inquieto, aventurero, artistico, mucho bailar, cantar, correr, jugar, que aquello me parecío que sería como un somnifero para ella, así que mi ideal de Montessori se derrumbo, ésto no es lo que buscaba, no es lo que mi hija necesitaba.


Fué asi como llegue a las escuelas Constructivistas y desde que entre dije "si, ésto es ella, ésto es mi hija, ésto es su escuela". Las escuelas constructivistas tienen un sistema en el que lo más importante es que el niño se divierta y mediante el juego, la exploración y la interacción con los demás el niño aprende y construye conociemientos. Así que en las escuelas constructivistas todo es diversión, al igual que en la Montessori todo está a su alcance y dividido por áreas (arte, matématicas, casa, lectura, etc) y el niño tiene libre acceso a dichos materiales y aprende de acuerdo a su ritmo, a sus necesidades, a sus inquietudes. La maestra también es como las guias montessori, que va llevando al niño a crear proyectos y conocimientos. Estas escuelas son tan joviales, tan vivas, tan como mi hija que inmediatamente supimos que ese era su lugar.


Asi que elegimos una cerca de casa, dónde desde que fuimos a la entrevista mi princesa entró a un salón con los niños y estuvo jugando mientras me explicaban la forma de trabajo, me enseñaban las instalaciones, me decían que el luch es compartido y que una semana le toca a una familia llevarlo para todos los de la escuela, que realmente son muy pocos unos 15 niños, lo que me asegura que la atención es personal con cada niño y no sólo uno más, me explicaron lo del respeto al tiempo y desarrollo del niño y de que están juntos niños de 1 a 3 años y de 3 a 6 años, donde promueven valores y la independencia del niño. Asi que nos enamoramos y mi niña lleva ya una semana, donde se va gustoza en las mañanas y sale feliz, ha aprendido en esos poquitos días como cepillarse los dientes sola, cosa que antes sólo mordia el cepillo y se comia la pasta, me enseña sus juegos aprendidos y la veo tan feliz que creo que este cambio ha sido maravilloso para nuestra pequeña familia de 3.

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